martes, 2 de octubre de 2007

Historia de un árbol

La preocupación general en la clase era la de que objetivo usar, la posibilidad o no de usar filtros, las perspectivas, la composición…

Nadie se había percatado de lo realmente complicado que es elegir uno solo. Ya no un género, sino una especie, y más concretamente un individuo. Realmente la elección se planteaba más que difícil.

Finalmente me encontre un bonito ejemplar de Fagus sylvatica L. situado en una ladera de la Sierra de Aralar con orientación sureste, rodeado de varios Crataegus monogyna Jacq.. Observandola, podemos reflexionar acerca del ciclo de la vida.

En el principio de los tiempos, la tierra estaba formada por piedra, por roca maciza. Un sustrato yermo y estéril sobre el que se da una mágica conversión hasta conseguir de ese lugar un terreno apto para albergar un bonito hayedo.

En primer lugar aparecen los líquenes y las bacterias sobre la superficie de la roca, consiguiendo transformar parte de está en un sustrato fértil gracias al aporte orgánico de los estos.

Esta fina capa de suelo es suficiente para que puedan crecer los briofitos, encargados de continuar la degradación de la roca y la formación de mayor cantidad de suelo.

Ha llegado el momento la semilla, que depositada en un suelo formado y con los factores ambientales adecuados, terminara dando lugar a un hermoso ejemplar adulto de esa especie. Pero el ciclo biológico no termina aquí. Sobre el tronco y las ramas del árbol crecen líquenes y musgo, se cobijan diferentes animales, principalmente en épocas desfavorables e incluso se alimentan del propio árbol.

El otoño trae consigo el cambio de color de las hojas en primer lugar y su posterior abscisión, ya que Fagus sylvatica L. es una especie caducifolia.

El cambio de color que se produce en las hojas por la perdida de la capacidad fotosintética de los cloroplastos, además del cambio en el balance hormonal, que es lo que origina en último lugar la abscisión foliar, de está forma la naturaleza nos regala esplendidos paisajes otoñales, muy frecuentes en la parte norte de Navarra debido a los bosques de Quercus L. y Fagus sylvatica L. que existen.

Sin embargo, no todo es vida. También se encuentra destrucción y muerte. Los fuertes vientos, las tormentas e incluso los animales, virus u otras plantas indican el fin de un ciclo, sobre el cual comenzara un nuevo ciclo vital.

3 comentarios:

monsieur le six dijo...

Aunque las fotos no sean espectaculares, la explicación científica es impresionante, y sobre todo, la conexión que muestras entre las imágenes y el ciclo de la vida hace que aquéllas cobren todo su sentido. Así ganan en fuerza.

Juan Canada dijo...

Un buen trabajo. Me ha gustado la Introducción, y no creas que por ser la única bióloga eres la "oveja negra". Tu manera de mostrar la realidad interesa a todos, enriquece a todos...

Adelante!

Javi dijo...

Aquí se ve que te manejas en tu "territorio", has sabido sacarle partido a la naturaleza, algo difícil porque ahí es ella quien pone las condiciones y no tú, has sabido adaptarte a lo que tenías en frente y acompañando con palabras esas fotos que al parecer plasman aquellas que habías hecho en tu cabeza. A seguir y a mejorar ;)