miércoles, 10 de octubre de 2007

Juguetes

Lo más sencillo cuando te piden una redacción que tenga por tema los juguetes, sería escribir acerca de la nostalgia, de aquellos años en los que uno era joven e inocente y le sobraba el tiempo a raudales para poner a prueba su imaginación.

Tampoco sería difícil redactar sobre las diferentes formas de diversión de los niños, incluso comparar las actuales con las de hace pocos años. ¿Quién no ha jugado con piedras a guerra o se ha columpiado en un columpio oxidado y con peligrosas esquinas metálicas? (ambas acciones prácticamente impensables hoy en día). Incluso podría irse más allá y preguntarnos qué forma era mejor o si realmente alguna lo es.

Sin embargo, lo más simple es dejarse llevar y escribir aquello que fluye a la mente ¿o no?

Los días de lluvia o de intenso frío eran los que uno empleaba para jugar con sus juguetes, era sencillo imaginar que uno era un pirata, un piloto, un vaquero o tal vez un astronauta que viajaba por el espacio. “Hasta el infinito y más allá” ¿Quién no recuerda a Buzz Lightyear?

Sin embargo, siempre preferí jugar al aire libre; andar en bici, correr, esconderse, cazar lagartijas, ir, volver…uno terminaba completamente extenuado. Aunque lo más divertido era ir al pueblo, a Barrio, y planear mil virguerías que hacer junto a los primos….que de recuerdos.

Volviendo a los juguetes, probablemente no hubiese resultado ni la mitad de entretenido jugar con ellos uno solo, ya que la visión del mundo cambia según uno crece, y tener un hermano pequeño siempre ayuda a alargar la infancia.

Seguramente no hubiese sido igual de divertido jugar a indios y vaqueros uno solo, o a las carreras de coches, incluso a ser astronauta, ni el domino hubiese ocupado tantas horas de aquellas tardes frías y lluviosas si no hubiese habido alguien a quien enseñar como había que montar las piezas o explicarle que se debía tener paciencia y esperar a que estuviese montado del todo para poder derribarlo, que sino carecía de gracia la cosa.

Lo malo o la desventaja de intentar plasmar todo lo que pasa por la cabeza de uno es, por lo general, que termina perdiéndose en sus propios recuerdos. Que se le va hacer.

Por último, y regresando nuevamente a los juguetes, creo que si tendría que destacar uno solo por encima de los demás, me decantaría por mis patines. He tenido unos cuantos, concretamente siete pares, nunca me había parado a contarlos y no recordaba que hubieran sido tantos. Incluso puedo rememorar el disgusto que me lleve cuando mi vecina me rompió mis primeros patines.

Hace ya un par de años que apenas los toco para nada, pero durante largo tiempo he pasado muchas horas entre rodamientos, ruedas, aceite, petróleo y mis patines para escoger la combinación más adecuada para cada pavimento; y todo porque hice de mi juguete favorito mi mayor hobby. Puede parecer una tontería, algo absurdo o raro, pero es muy relajante, más de lo que la gente piensa, estar dando vueltas a una pista, sintiendo el viento en la cara, independientemente de la temperatura que haga ese día.

2 comentarios:

monsieur le six dijo...

Contar las cosas desde un punto de vista tan personal como haces tú le da mucha vida a lo que dices :)

No cabe duda de que te gustan los días fríos y lluviosos ;)

Javi dijo...

Se nota que vas empezando a hacer fotos y que poco a poco te irás dando cuenta que cada foto es un mundo (composición, iluminación, elementos a usar...), es complicado hacer "bodegones" con cosas pequeñas porque prácticamente tienes que inventarte una especie de mundo en miniatura con cierta coherencia. Claramente se ve que te expresas bien de forma escrita, lo que dices se ajusta al contexto de la foto en sí, para la próxima trata de proyectar en tu mente esa idea que plasmas tan bien con palabras y ya verás como con tiempo y práctica esas fotos van a mejorar mucho.
Un saludo.